Despedida de las islas Esporadas

Nueva tripu…!
El 21 de julio, estando en Skiathos, comienzo esta última ruta, que me despedirá de estas queridas islas, iniciando el largo tránsito hacia el Jónico. Pero para eso aun quedan muchas millas por disfrutar, tal y como os relato a continuación…
Esta vez será en compañía de un único tripulante: mi primo Angel, de Madrid, primo-hermano, aunque mas hermano que primo… Esta semana evocará aquellas tantas vacaciones que de niños compartimos. Aquellos hermanos, su padre y mi madre, nos transmitieron su inmenso y divertido cariño, que nosotros mantenemos tan vivo como a ellos les gustaría presenciar.

Taberna Alexandros
Esta semana ya he de despedirme de estos lugares y estando en Skiathos, como no empezar por mi taberna preferida. Esta placita me cautivó la primera vez que callejeando la descubrí, lejos del bullicio de la primera fila del puerto. Me resulta asombroso recordar ahora con la cantidad de gente querida que he pasado por esta taberna, todas ellas reflejadas en estas paginas, aunque algunas ya muy atrás…
El 22 cruzamos a la cercana y querida Skopelos. Aquí continuamos con los rituales. La subida a Glossa tiene su recompensa en un cervezón de medio litro, helado, en una terraza con impresionantes vistas.

Cena en Flisvos
Pero si de despedirse se trata, la visita a Loutraki no se completa hasta difrutar de una cena en la taberna Flisvos, en su terraza sobre el agua y atendidos por aquella encantadora familia. La calidez del trato que recibimos como visitantes en Grecia cuesta expresarla con palabras. Especialmente desde una sociedad que se aleja de la sencillez y cordialidad que un día tuvimos y que estas personas aun rebosan. No es una sensación anecdótica u ocasional. Es cotidiano sentir la cercanía de personas desconocidas y que con toda probabilidad nunca vuelvas a encontrarte. Y en esta familia lo he vuelto a comprobar. Si hace un par de semanas ya se alegraron al reconocerme después de 9 años…! de aquellas visitas del 2010, esta noche me lo han demostrado de forma mas palpable: Tras la cena, postres y copitas, Gianni, el propietario, me sorprende, «hoy no hay cuenta, yo invito, y venga otra ronda para celebrarlo». He sido cliente durante años de sitios donde jamás han pasado de ofrecerte una segunda copa, ni contando con el interés de mantener una clientela habitual. Gestos así, de personas que saben pueden volver a verte, o no, si son cautivadores. Cierto que en este caso, pueden estar seguros que volveré…
El dia 23 rodeamos la isla Skopelos, rumbo a su «capital» del mismo nombre. Por el camino por el norte de la isla paramos en la ya conocida en semanas anteriores iglesia Agios Ioannis, ya sabéis la de «Mamma Mia». También es lugar destacado, como habréis podido comprobar…, y merece última visita. Esta vez os muestro la vista del barco fondeado desde arriba del peñón. De las aguas, que os voy a decir…
Skopelos ya lo he definido las semanas precedentes como mi preferida, tanto la isla como el pueblo. Por tanto, aquí estamos de nuevo, a disfrutar sus tranquilas y cuidadas callejas…

Club La Costa, Skopelos
Y a echar un ratillo en La Costa, como no puede ser de otra manera… Tambien aqui quedan grandes momentos, que ese espejo ha visto y nosotros vivido…
El 24 de julio vamos a cambiar de aires, de isla para ser mas precisos. Por primera vez este año iremos a la tercera de las islas Esporadas, Alonissos. Es mas pequeña y menos desarrollada que Skiathos y Skopelos, aunque también tiene su encanto.

Patitiri, isla Alonissos
El pueblo, Patitiri es pequeño y tiene limitado interés, mas allá de algunas tabernas y un par de bares frente al puerto. El puerto, tal como se aprecia en la foto, tiene esa forma poliédrica tan curiosa, que causa unos «simpáticos» cruces de cadenas de fondeo que a menudo amenizan los primeros momentos del día, cuando los barcos dicen de salir… Afortunadamente, este año no nos hemos visto involucrados en uno de esos líos, por ahora…
El 25 de julio, aun en esta isla, nos aguarda uno de mis fondeos mas emblemáticos, uno de esos que permanecen para siempre entre los FONDEOS, así con mayúscula…

Palaria, isla Alonissos

Atracados en Agnonda
Cabe hoy recordar la imagen similar, pero de aquel veterano Corfú II, allí mismo en 2010.
Y después de echar el día en tan singular paraje volvemos a la vecina isla Skopelos, al puertito de Agnonda, donde nos espera la taberna de Giannis, bajo aquel enorme árbol a la orilla de la playa. Poco antes de llegar, al pasar por el sitio, mi SITIO, Amarandos, me he llevado la fatal sorpresa de ver que se ha quemado buena parte de lo que la semana pasada era mi paraíso preferido de toda Grecia. Según pudimos saber después, unos campistas y el uso imprudente de un camping-gas prendieron fuego a este incomparable rincón.

Incendio en Amarandos.
Afortunadamente, los daños no parecen muy severos, afectando mayormente al ramaje del os arboles mas que al tronco en sí. Cabe la esperanza que la naturaleza haga, una vez mas, su trabajo y se regenere en poco tiempo.
Y ya el 26 de julio toca despedirse de estas islas. Quedan en mi corazón para siempre. Son tantas y tan intensas las vivencias que dejo atrás en estas islas que no puedo mas que llevarme la certeza de que volveré a rememorarlas, una vez mas, un día…

Hasta siempre Esporadas…
Ya en ruta hacia el sur, bordeando la isla de Evia, tocaríamos Orei y Skala Atalanti, antes de atracar en Kalkhis, capital de Evia y desde donde desembarcaría Angel, después de haber vivido unos días inolvidables.

Conchas finas…!
Pero no hay merecida despedida sin una buena cena, y la casualidad quiere que sea una cena de lo mas «malagueño». Nunca, en ningún lugar del mediterráneo que he visitado, y no son pocos, había encontrado las, hasta ahora, exclusivamente malagueñas «conchas finas». Y mas aun, servidas tal cual, crudas, para tomar con limón, sal y pimienta. En algún sitio las había visto maltratar a la plancha, cocidas… Pero «como dios manda», nunca…

Morralla…!
Y como la sorpresa no podía ser única, las conchas las acompañamos, además de la obligada Mythos helada, de una plato de fritura, lo que en Málaga se llamaba «morralla», que no es mas que un catalogo de pececitos inmaduros, crías de todas las especies de pelágicos que caen en las redes minúsculas. Y digo se «llamaba», porque hace muchos años que desapareció, esa pesca se prohibió debido a la destrucción de las reservas pesqueras que supone. Dicho lo cual, visto que aquí no andan nada preocupados con la conservación de las especies, pudimos disfrutar de tan exquisito bocado, evocador de aquellas raciones en el «Palo» malagueño… Y ahora si, ha llegado el momento de continuar en solitario, aunque solo por unos días…
Continuará…
Primo…!!!! Qué puedo decir…. Maravillosa e Inolvidable Semana!!! Gracias!!!! Y, cuando vuelvas, cuenta con éste grumete madrileño para la travesía… Un Fuerte Abrazo!!
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By: Angel Huélamo on 25 junio, 2019
at 23:54