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En el capítulo de “la preparación” ya os relaté la pesadilla de los fallos aparecidos a última hora. Pero como bien está lo que bien acaba, todo quedó por bien empleado, y contento de que tales fallos apareciesen en la exigente preparación y no a mitad de temporada.
El 5 de mayo ya por fin pude ponerme en marcha. Eso si, a ritmo acelerado, mucho mas de lo que gusto y acostumbro. Tenía ya tripulantes con fechas de embarque cerradas lo que me haría intentar no plantar a nadie, cosa que nunca antes ha ocurrido en el Corfú. En dos días me planté en Cartagena, parada obligada para mi y lugar de recogida de Angel, mi primo y ya tripulante veterano… Al anochecer del 6 de mayo atracaba en el Real Club de Regatas de Cartagena.



La parada fue bien breve, a penas el tiempo de repostar y tomarnos un glorioso Caldero. La tarde del 7 de mayo partimos, la meteorología acompañaba y decidimos lanzarnos a un tránsito “intenso”. Desde la altura de Cabo de Palos arrumbamos directos hacia Formentera, donde llegamos la tarde del día siguiente, y por donde pasamos de largo en demanda de Porto Colom, Mallorca, a donde atracaríamos en la mañana del lunes 9. Dos horas, lo justo para repostar, aplicarnos un buen desayuno, comprar algo de víveres y sobre todo mis apreciadas ensaimadas…!!!


El mismo lunes 9, antes de las diez, partimos de Porto Colom, proa hacia el sur de Cerdeña. Buen tiempo, demasiado calmado, en el que apenas sacamos unas horas de navegación a vela, en horas diurnas, siendo el resto a motor.
A medianoche del martes fondeamos en una cala al sur de la isla de San Pietro. A la mañana siguiente, día 11, continuamos hasta Cagliari donde atracamos a media tarde con lo que ya me ponía al día de mi calendario de ruta prevista, lo que me permitía recuperar el ritmo pausado que me gusta y disfruto en mis desplazamientos. Aquí desembarcaría Ángel, de acuerdo a la reserva de su vuelo de regreso, no sin antes concedernos una merecida pizza y unos mas merecidos aun digestivos.




Mi primo ya se vuelve desde Cagliari.


El viernes 13, después de un par de noches en Cagliari, me desplazo hacia Villasimius, magnifico fondeadero en el Parque Natural de Cabo Carbonara, extremo sudeste de Cerdeña. Aquí permanecería tres días, descansando del ritmo apresurado anterior y en espera de optimas condiciones meteorológicas para el salto hacia Sicilia.

Pero no era solo cansancio lo que arrastraba, llevaba días con la garganta afectada, sin mas síntomas, y opté por hacerme el test, que dio positivo…!!!

En la mañana del lunes 16, y después de tres días de relax y “cuarentena” fondeado en Villasimius, abandoné Cerdeña hacia Sicilia. Veintiseis horas después fondeaba en el antepuerto de Trápani. Ya voy sin prisa para la siguiente recogida y dispongo de dos días en la zona. Al dia siguiente me desplazo al cercano puerto de San Vito lo Capo, pequeña localidad turística que me resultaba muy agradable para dedicarle esos dos días.





San Vito tiene tres concesiones en el puerto por lo que mantienen una viva competencia en precios. Ademas dispone de una buena logística, una espectacular playa, paseos agradables, y un delicioso plato típico del suroeste de Sicilia: el Cous cous de pescado.


El cous cous de pescado es una delicia muy popular en todo el sur de Sicilia

Y siguiendo con mi calendario de ruta, el viernes 20 de mayo salgo de San Vito, rumbo a Palermo, donde atracaría a medio dia, recibiendo esa misma tarde al amigo Ale, quien ostentará esta temporada el titulo de tripulante TOP por partida doble. Fue el primer tripulante en aquel primer transito Mallorca-Malaga cuando lo compré, y es quien mas días de embarque acumulado suma en la aun breve historia del Corfú IV.





La mañana del 21 partimos hacia Cefalú, costeando la costa norte de Sicilia, donde fondeamos a media tarde. Sicilia, y esta costa norte en particular, está repleta de lugares increíbles y este es uno de ellos.


El domingo 22 partimos hacia las islas Eólicas, fondeando en su isla Volcano por la tarde. Bastantes barcos en el fondeadero norte, lo que no hacia presagiar lo que nos encontramos al desembarcar: La isla semidesierta. Además de los estragos sufridos a causa del virus en un pequeño lugar exclusivamente turístico, ahora sufrían la ira del volcán, que si bien está en permanente actividad, en los últimos meses emite muchos mas gases tóxicos de los aceptados como seguros. El ambiente era desolador. Buena parte de los pequeños hoteles y apartamentos en estado de abandono, los negocios cerrados y prácticamente nadie a la vista. Un solo lugar encontramos para cenar la pasta diaria. Allí, además de servirnos la mejor pasta probada antes, nos relataron la estremecedora situación. Que distinta ésta a aquella visita en 2018, con la isla luciendo su encanto y tranquilo ambiente veraniego…


La mañana del lunes 23 pasamos pagina y continuamos ruta hacia Scilla, justo a la entrada del Estrecho de Messina, y donde tomamos una boya de fondeo. Se encuentra en la orilla continental, la punta de la bota italiana para entendernos, y es un pueblito de una extraordinaria belleza



Scilla es base de varios barcos dedicados a la ancestral pesca del pez de espada. Para ello disponen de una enorme torreta donde va el patrón, con controles del barco, y el vigía. Además tienen una enorme pasarela en la proa desde donde trabajará el arponero para dar caza al pez de espada. Increíble pero cierto…!!!
La mañana del 24, temprano de acuerdo con el horario de la marea, afrontamos el tránsito hacia el sur por el Estrecho de Messina. Este ha de hacerse imperativamente a favor de la marea, ya que es de tal intensidad que en contra resultaría imposible avanzar. Asi que nada hay que temer ajustandose al horario conveniente. a media tarde fondeamos en la bahia de Taormina, donde a base de petacas y zodiak repostamos que ya lo necesitábamos.
Taormina posiblemente es el principal atractivo turístico de toda Sicilia. Asentado en la ladera de la montaña sus callejas y placitas conservan su tranquilo sabor a pesar de estar ya repleto a estas alturas aun de la temporada. Lugar de visita obligada.






El dia 25 continuamos recorriendo la costa este de Sicilia, llegando para comer en Catania. Tipica gran ciudad italiana, interesante y bulliciosa, aunque nada que ver, para mis gustos, con la siguiente escala: Siracusa
Si Taormina era la primera atracción de la isla, Siracusa sin duda es la segunda. El casco antiguo lo forma una islita, Ortigia, unida por dos puentes. Dispone de un enorme muelle o «banchina di transito» que es gratuito por un máximo de cinco días. La ciudad tiene todo lo que podríamos esperar: preciosa visita por sus calles y plazas, magnifico mercado para aprovisionar víveres, y enorme oferta de lugares para disfrutar de la pasta en todas sus variedades. Un lugar donde los tres días que le dedicamos sin duda se quedan cortos…





Como cada noche, después de la pasta un bebedizo de eso que llaman Aperol Spritz y al que al final me acabé aficionando…

Mención especial merece la pasta. Sin remontarme a cuando llegué a Cerdeña y después a Sicilia, que también, desde el 20 de mayo que embarcó mi tripulante han sido 9 (NUEVE) cenas de pasta, excepto una, que para variar tomamos pizza…!!! Absolutamente deliciosas todas y cada una.





Y ya por fin, el domingo 29, partimos rumbo a Grecia donde llegaríamos el martes 31 tras dos días y medio de navegación, esta vez si, con casi todas la horas diurnas a vela, no como las etapas precedentes que el viento acompañó poco o nada. Veintiséis días desde aquel 5 de mayo que dejé Benalmádena atrás.
Lo mas reseñable de esta ultima etapa fue la pesca..!!!


Bien empleados porque nos encontramos con este precioso ejemplar de 6,5kgs


Eso si, después estuvimos varios días disfrutándolo
Y ya en Zakinthos, Grecia… Ahora solo quedaban por delante cuatro meses de disfrute…!!!
Pero eso ya es del capitulo siguiente…
Muy interesante y sabroso todo: navegación y en tierra. Verdaderan te envidio y es lo que quise hacer y nunca he podido.
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By: Francisco Javier Mena Minguez on 12 enero, 2023
at 11:24