2010: Tránsito a Grecia

 EL TRANSITO A GRECIA 
 
1ª Parte: Benalmádena a Mallorca
 
Por fin llegó el día, el viernes 14 de mayo la aventura del Corfú se puso en marcha, tras meses de preparación y los últimos días de actividad frenética. Finalmente pude tocar «babor y estribor de guardia» y hacerme a la mar. 

 

Para comer nos reunimos la tripulación y familias para aplicarnos una paella y fideuá que nos entonase de cara a los días en ruta. Me acompañarían en esta primera etapa de la aventura, mi cuñado y amigo Cristóbal, inseparable tripulante del Corfú desde su primera singladura allá por el 2.007. Y mi buen e incondicional amigo Diego. Apoyo incansable del proyecto Corfú. Solo me cabe decir que sin él no habría sido viable ni llegado a donde estamos hoy. Gracias my friend ¡!!

Ya para la sobremesa se nos fueron uniendo amigos para tomar unas copillas de despedida, algo que resultó especialmente entrañable. Reciban todos ellos mi agradecimiento por el mucho cariño ofrecido.

Pero de todos, y se que lo entendéis, si aprecio una compañía, es la de mi hija mayor, Estela. Estamos, y seguiremos, luchando juntos, como ya hace años. Todos y cada uno de los días recibo de ti la más grande lección de vida que podría recibirse. Todo lo que pude ofrecerte en la vida queda ahora empequeñecido ante la inmensidad de tu corazón. Ahora, en la distancia, disfruto aquella canción que me dedicaste… Quizás… Pronto estaremos juntos de nuevo, a bordo.

Y llegó la hora de partir. Los partes venían evolucionando bien durante la semana, pero en las últimas horas fueron estropeándose rápidamente hasta desembocar en un aviso de temporal de poniente de la Aemet. Aun así, no estaba muy mal, por lo que decidimos salir, ya que nuestra ruta nos llevaría con la mar de popa. 

Justo en los minutos previos a salir, se lió un buen carajal en la bocana de Benalmádena, bastante aterrada por los temporales de los dos últimos inviernos, por lo que al salir dimos un par de pantocazos demasiado espectaculares para las familias y amigos que habían acudido a la fiestuni previa. Unas llamadas por teléfono tranquilizaron en algo a los espectadores… Una vez fuera y aproados a levante la cosa mejoró algo. Aun así, la mar estaba bien formada, esa mar de aleta que al Corfú le gusta mas bien poco, por lo que la navegación se hacia bastante incomoda. Y siguiendo la máxima del Corfú, «para sufrir… a los barcos grises…» decidimos entrar a pasar la noche en Caleta de Vélez, a la una de la mañana y tras solo 25 millas navegadas.

Por la mañana y una vez descansados, continuamos camino, aprovechando una mejoría momentánea del tiempo. Y tan momentánea, porque para medio día el poniente volvía a incordiarnos. Fondeamos en Marina del Este para comer y siesta, en espera de mejoría, cosa que ocurrió para las 23:00, hora en la que salimos con rumbo a Cabo de Gata. A partir de entonces la mejoría ya fue constante y progresiva.
 

A las 11:00, ya del domingo 16, estábamos frente al felino Cabo, con buena mar y un día esplendido, lo que nos permitió disfrutar de la costa del Parque Natural de Cabo de Gata. Ha sido una jornada muy completa, en la que hemos tenido la visita de un enorme grupo de delfines mulares que han posado largo rato junto al Corfú para nuestras fotos y videos, y hasta hemos pescado un túnido, escapándose otro, ya que han picado en las dos cañas a la vez y no hemos podido manejar las dos. La cena ha sido atún encebollado, cocinado por Diego, exquisito, acompañado de un Barbadillo heladito…

Y desde aquí, directos a Formentera, pasando por Cabo de Palos a 01:00 ya del lunes 17. El cruce a las Baleares ha sido perfecto, con apenas 5 nudos de levante  lo que ha mantenido la mar en calma, quedado atrás ya el incomodo mar de fondo que nos acompañaba desde la salida.

A las 20:30 hemos fondeado en Espalmador, justo a tiempo para contemplar una puesta de sol a la altura de tal lugar. Han sido 290 millas continuadas, prueba y ensayo de los ya menores saltos que nos esperan en esta ruta.

Y tras una cena en tan incomparable marco, partimos hacia Palma, en una apacible navegación nocturna.

A las 11:30 del martes 18 entramos en el puerto de Palma de Mallorca, en otro tiempo tan visitado por mi. Esta vez el contexto varia radicalmente. Antaño la entrada era a babor, hasta la Estación Naval de Porto Pi, y ahora entro a estribor, hasta el Real Club Náutico de Palma, donde el Corfú queda atracado, después de repostar. Aquí concluye esta primera etapa del transito hacia Grecia. Diego regresa a Málaga y yo me dedico a ultimar pequeños detalles que me quedaban por alistar.

SEGUNDA PARTE: MALLORCA – CERDEÑA 

Tras dos días en Palma, que han resultado muy gratos, el día 20 por la mañana parto en solitario rumbo al Este de la isla, en espera de mi próximo tripulante. En principio me dirijo a la isla de Cabrera, que solo conocía “por fuera”. A medio día tomo una boya en su puerto natural, para comer y siesta, de lo que desisto por el meneito que produce la mar del norte que entra por la estrecha bocana de la bahía. Mi siguiente destino es el Cabo Salinas, extremo sur de la isla de Mallorca. La derrota hacia él me conduce junto a las pequeñas islas del archipiélago de Cabrera, como isla Plana o isla Redonda, en otro tiempo polígono de tiro y hoy Reserva Natural, gran cambio…

Tomo camino hacia el noreste, a corta distancia, observando la escarpada costa y cada una de sus muchas calas. Una de ellas me llama la atención por lo cerrado de su bocana, apenas 80 metros, me adentro… y no parece tener fin… Cala Figuera, un canal de márgenes acantiladas, cubierto de espesa vegetación mediterránea… Al fondo, aparece un puertecito, con algunos pesqueros y embarcaciones de recreo. La imagen enormemente pintoresca, por lo que decido finalizar aquí el día y dormir aquí. Me encanta ver al Corfú en marcos así, y la foto desde tierra no defrauda. El puerto consiste en un pequeño espigón de resguardo para los pesqueros, que en su parte exterior han habilitado unos atraques para transeúntes. Aun estamos en temporada baja, por lo que estoy solo, y a un precio “normal”, 13€.

Al día siguiente, viernes 21, retomo mi ruta de exploración costera, adentrándome en cada cala que encuentro: Calas Longa, Mitjana y Sa Nau son sencillamente espectaculares. Me lo tomo como entrenamiento para lo que nos espera en Grecia…

Para medio día recibo la llamada de Joaquín, ex-compi y residente insular, y quedamos en mi siguiente puerto, Porto Colom, para comer juntos. Grato reencuentro lleno de recuerdos y anécdotas de aquellos años que nos unieron para siempre. Enorme puerto natural, me gusta, por lo que me quedo a pasar la noche y aquí recibir a mi próximo tripulante, que llega por la tarde.

Embarcado Manuel, ya veterano tripulante en el Corfú, pasamos la tarde paseando por el pueblo y poniéndonos al día.

El sábado 22 salimos pronto, con rumbo a Menorca, hacia Cala Fornells, en su costa norte. En ruta seguimos “caleando”. La cala Magraner, desierta y sin urbanizar, es espectacular.

El día está perfecto y el cruce del Canal de Menorca es tranquilo. Al atardecer llegamos a Cala Fornells, apacible y tranquilo lugar, puerto natural en medio de la agreste costa norte menorquina. Por no estar aun en temporada, el fin de semana no hay nadie en el puerto para cobrarnos, como ya nos indican por la mañana cuando llamo por teléfono para anunciar mi llegada.  Después de un paseo y del reportaje fotográfico obligado, nos homenajeamos en el restaurante Es Port (recomendado por unas simpáticas lugareñas…) con una extraordinaria “caldereta de pescado”, precedida de unos mejillones a la plancha, todo ello regado con un blanco Penedes, bien fresquito. Ya a bordo, un par de copillas, me hacen caer rendido en los brazos de ese tan feo que duerme a la gente.

Y el domingo 23, aprovechando la inmejorable  previsión meteo, iniciamos a las 08:10 el salto hacia Cerdeña. La mañana amanece calmada pero brumosa. Al salir de la bahía, los acantilados se muestran tenebrosos, envueltos en una densa neblina, que en minutos se torna en densa niebla con menos de 100 metros de visibilidad. El radar y mi ya lejano adiestramiento como radarista se reencuentran felizmente, por lo que la navegación es placida y segura, ofreciéndonos un espectáculo fantasmagórico difícilmente descriptible para una tosca escritura como la mía. Las fotos con su elocuencia a duras penas lo consiguen, a pesar de valer cada una de ellas por mil palabras… Pero este día recién empezado aun nos depararía muchas sorpresas… La niebla abriría pronto según se templara la mañana. La primera sorpresa llegó pronto en forma de “tortuga boba”, la especie mas común en el Mediterráneo. Es un ejemplar joven de apenas 40 cms de largo.

Poco después recibimos la siempre nerviosa visita de un grupo de delfines listados, que nos acompañan brevemente y desaparecen como llegaron.

Digno también de mencionar es la plaga de “millones” de pequeñas medusas “Velella Velella”, de apenas 2 cms de largo, flotando con su velita en superficie. Desconozco si son dañinas, pero solo ver la dimensión de las manchas impresiona.

Pero el plato fuerte del día llegaría a medio día. A unas 20 millas el este de Menorca, avistamos tres ballenas!!! No pudimos verlas a menos de los 150 mts que ellas se ocuparon de mantener, pero a mi entender, eran dos adultos, una hembra enorme otro adulto menor, macho posiblemente, y una cría mucho mas pequeña. Rorcuales Comunes, o ballenas de aleta, son las segundas mas grandes del mundo, después de la ballena azul. La hembra mencionada podría tener unos 25 mts de largo (como dos trailers) y pesar 30 toneladas, y eso es mucho pescao ¡!! Después de hora y pico observando sus salidas cada 5 minutos, continuamos ruta, impresionados por el espectáculo, a pesar de la distancia.

Poco después avistamos algo bien curioso. Una gaviota posada tranquilamente sobre un objeto flotante. Nos acercamos, el objeto resulta ser una enorme tortuga!!! A nuestra llegada curiosa, la gaviota alzó el vuelo y su “isla” se sumergió.

Después de comer, me ofrecí una buena siesta, que para eso soy el patrón, pero una suerte de complot túnido vino a importunar mi descanso: Las dos cañas al currican saltaron a la vez ¡!! Una tiró con tal rapidez que no nos dio tiempo a frenarlo y se largó con todo el hilo con la muestra. El otro si acabó en la nevera en espera de ser nuestro menú, no sin antes luchar desesperadamente por su libertad. Resultó ser un atún de unos 4 a 5 kilos de peso, algo mayor al que hace unos días cogimos Diego y yo.

Finalizada la maniobra pesquera, retomo mi interrumpida siesta. Pero poco duraría… A los pocos minutos, nuevamente salta una de las cañas. Esta vez con tanta fuerza que arranca y rompe el cañero y corta el hilo de acero de la línea del anzuelo!!! Tremendo bicho habría de ser… Con esto finaliza la pesca, por el momento, hasta que arranchemos un nuevo aparejo.

Por la tarde repunta algo el viento, lo que nos permite la navegación mixta motor-vela, hasta las 23:00 que se hace de nuevo la calma, en una noche esplendida.

El resto del salto transcurre con tranquilidad, avistando la costa Sarda a primeras horas de la tarde del lunes 24. A las 19.00 llegamos al puerto de Calasetta, en la isla de San Antioco. Al llegar, nadie en el puerto, un vecino de muelle nos indica donde atracar.

Pueblito pequeño y tranquilo, sin mas construcción de dos plantas, y escaso interés. Después de un largo paseo de exploración, nos damos la bienvenida con los primeros espaguetis a “la vongole” de la temporada, extraordinarios, como no cabía esperar menos.

El día 25 por la mañana, después de las formalidades del puerto, que se limitan a abonar 14€, sin mas papeleos…, salimos a recorrer la bahía cerrada que forman las islas de San Pietro, San Antioco y la costa de Cerdeña. El primer puerto que curioseamos, es Portoscusso. Paramos una hora para intentar solucionar la conexión a Internet, que tanta faena daría… Y cual fue la sorpresa, que nos encontramos en pueblo de fiestas. Es el día del patrón, y celebran el levantamiento de la almadraba de atún local. La plaza del pueblo está a rebosar, con mucha gente en trajes típicos. Los hombres lucen la barretina recordando su pasado español. En la puerta de la iglesia, varios corros rodean a grandes atunes depositados en el suelo, sobre trozos de red, a modo de “camillas”. Dentro, la iglesia atestada, varios curas concelebrando, los coros, y toda la parafernalia festiva… Pensé que estaban allí para que el cura saliese a bendecir o algo así. Pero no… subestimé el tipismo italiano… En cierto momento, con la euforia del publico y nuestro estupor, trincan a los túnidos y entran a la iglesia, por el pasillo central, ceremoniosamente, cual novia en tradicional boda!!! Los depositan ante el altar, donde reciben las oportunas bendiciones, que sin duda les asegurará el destino a los mejores fogones y mesas. Aunque me deja en la duda si el día que llegue al cielo, que llegaré, me tocará de vecino a unos de estos enormes y santificados atunes. Unas lugareñas, ataviadas en trajes típicos lo que aumenta su fiabilidad…, nos cuentan los detalles de la fiesta y que por la tarde hay una procesión marítima y posterior por el pueblo, baile en la plaza, y fuegos artificiales, a lo que sin dudarlo nos apuntamos.

Con el firme propósito de regresar por la tarde, salimos a continuar la ruta planeada por la bahía, lo que nos lleva por el lado norte hasta la isla Plana, Isola Piana, una exclusiva isla privada, antigua factoría de procesado del atún.

A continuación paramos en Carloforte, puerto de la isla de San Pietro. Aquí pasamos unas cuantas horas visitando el agradable pueblete, Como llegamos a la hora de comer, no hay ni un alma por la calle, literalmente, nadie!!! Parece que la herencia española tiene mas hondo calado que el folclore, porque aquí estaban en la siesta hasta los gatos.

Esperamos a las 17.00, hora de apertura del comercio, ante una tienda de informática. El “caballero” se presenta a las 17.25, alegando en su descargo que la puntualidad nos es el fuerte local. Finalmente encuentro la tarjeta prepago de Internet, lo que aun dista mucho de conectarme al “mundo”.

Y ya por la tarde regresamos a Portoscusso para la fiesta. Nos incorporamos a la procesión marítima, idéntica a las nuestras del Carmen. Alboroto de sirenas, bengalas y botes de humo, barcos atestados con personal en estado “eufórico” y todo lo demás… Acompañamos al cortejo hasta su entrada a puerto. Al llegar nos encontramos el puerto abarrotado de gente, esperando la procesión y presenciando la descarga de los enormes atunes desde las barcazas de la almadraba a camiones.

Una vez atracados, desembarcamos a presenciar la procesión terrestre. Magnifico ambiente que me transporta a la Italia de los años 50, la de mis lecturas de la adolescencia, con Giovanni Guarescci y su Don Camilo. Quizás fue entonces cuando quedé atrapado por la magia de este país que tan bien he llegado a conocer y disfrutar. La procesión la componen una multitud de gente ataviadas con diversos trajes regionales, presididas por el clero y las “fuerzas vivas” en sus mejores galas. La virgen a hombros de los pescadores en principio y después en una carreta tirada por dos enormes bueyes de mas de mil kilos cada uno. El omnipresente atún en andas, también es procesionado, con gran fervor popular…

Y como fin de fiesta un magnifico castillo de fuegos artificiales, en el puerto, con el Corfú en primera fila, ya que se lanzaban desde el dique de abrigo del puerto, apenas a 100 mts de nuestro atraque. Espero que las fotos y videos de lo que os cuento sea capaz de ilustrar todo esto, porque bien merece la pena. Toda una experiencia.

El día 26 ya retomamos la ruta, en dirección a Teulada. La mañana amanece antipática. Para doblar el cabo Sperone, nos encontramos con 25 nudos de viento por la proa y una fuerte marejada con pretensiones de gruesa y con claras intenciones de darnos el día… Pero al doblar el cabo la cosa no va a mas, lo que nos permite cruzar el golfo de Palmas y tomar un precioso fondeadero para poder comer tranquilos. Para primera hora de la tarde el viento ha caído y podemos enfrentarnos al cabo Teulada mas tranquilos. Aproximándonos al cabo, recibimos la apresurada visita de una patrullera del ejercito que nos “expulsa” de lo que califican como zona de tiro militar, orden que cumplimos diligentemente. Minutos después nos llaman por radio para decirnos que podemos continuar por la zona al haber finalizado la actividad. Y poco después recibimos la visita de un helicóptero de la Guardia di Finanza, que hace un estacionario bajito y cerca por mi banda, para supongo que tomarme el “folio”… de que me sonará a mi esto…???

Y ya poco después, doblamos el impresionante acantilado y nos dirigimos al cercano puerto de Teulada. Curioso, un buen puerto deportivo en mitad de la nada mas absoluta. Ni una casa en kilómetros, solo el puerto, consistente en los muelles, y la caseta de la oficina, nada mas. Eso si… muy tranquilo… Al menos esta tranquilidad me ha permitido poder configurar el modem para conectarme a internet, gracias a la ayuda telefonica del Amigo Alberto, Capitan Teach, navegando en ruta similar a la mia, pero con 2 semanas de adelanto.

Y tras la noche de placido descanso, el día 27 nos dirigimos hacia Cagliari. El día está en calma total, lo que nos permite costear en detalle y disfrutar de esta preciosa costa que podría perfectamente confundirse con la de Tarifa y Bolonia, en Cádiz. Idéntico paisaje de playas de arena blanca, dunas, alternándose con escarpados acantilados, las cercanas montañas similares en altura y vegetación…

El paso por el cabo de Spartivento hoy si nos deja apreciar desde cerca la maravilla de un paisaje tan espectacular.

Para la hora de comer llegamos a Cagliari, capital de Cerdeña fin de esta segunda etapa de la ruta del Corfú rumbo a Grecia y donde hay relevo de tripulante. He pasado unos días muy gratos con Manuel, murciano y veterano  tripulante del Corfú, al que espero tener a bordo en próximas aventuras. Y de aquí, partiremos hacia Túnez, pero esa será otra historia…

TERCERA PARTE: Cerdeña a Tunez e Isla de Pantelaria

Y una vez realizado el relevo en la tripulación, el 28 de mayo a la caída de la tarde salimos de Cagliari rumbo a Túnez. La previsión meteorológica era de prácticamente calma, cosa que quedó muy distinta: todo el transito “sufrimos” una mar de aleta muy incomoda, no por grande, sino por agitada y encontrada: olas pequeñas pero de distintas direcciones. Nada que reseñar ha tenido este viaje. Ni un animalito más allá de alguna gaviota despistada. Por no ver, ni una triste medusa que ya es raro, teniendo en cuenta como está el Mediterráneo en estas fechas.

El siguiente día 29 a medio día estábamos entrando en aguas Tunecinas, con la intención de dirigirnos al puerto de Bizerta.

Minutos después, recibimos la llamada en canal 16 de la Guardia Costera de Túnez, requiriendo la información habitual, procedencia y destino, nacionalidad y personas a bordo. Nos indican que Bizerta está cerrado para embarcaciones deportivas y que nos dirijamos a otro lugar. Consultado el derrotero, ese librito donde tenemos la información de los puertos de la zona, nos dirigimos a Cap Zebib, donde llegamos a 15.00. Es un pequeño puerto pesquero, sin signos de civilización en los alrededores, por lo que decido continuar hasta Ghar El Melh, donde llegamos dos horas después. Este no parece mucho más que el anterior, pero ya intento entrar. Antes de llegar a la bocana desisto por la escasez de profundidad, menos de 2 metros y aun falta hasta el punto critico donde se forman los bancos de arena. Ya solo queda por la proa Sidi Bou Said, donde llegamos a las 20.00, con las últimas luces, justitos de tiempo, que por estos lares anochece antes y el derrotero desaconseja entrar de noche. Y con mucha razón, porque la entrada es un laberinto de bancos de arena. Hemos llegado a tener menos de medio metro de agua bajo la quilla, lo que produce cierto desasosiego… Y ni una triste boya de señalización del canal, que haberlo debe de haberlo, porque en el puerto hay barcos con mucho mas calado que el Corfú, pero la cuestión es ¿donde?

Finalmente atracamos de costado en un muelle amplio. Pasamos a las formalidades de entrada, lentas pero amables.

Y lo que habría de ser una escala en transito rápida, se convertiría en unas vacaciones de 5 noches. No estaba en mis planes tan detenida visita, pero esto nos permite poder hacer algo mas de turismo del pretendido.

Gracias a la amable hospitalidad del Club Náutico, distinto al puerto en sí, podemos acceder a Internet, de escasa velocidad, pero a caballo regalado… Todas las noches nos vamos a tomar un par de cervezas allí, mientras hacemos las tareas virtuales diarias, como ver los partes para confirmar que al día siguiente tampoco salimos, el correo, el Facebook, etc.

El puerto está en el fondo del Golfo de Túnez, la capital del país. El pueblo donde estamos, Sidi Bou Said, es un lugar muy pintoresco, bastante turístico, pero aun conservando toda su esencia. Todo, absolutamente todo en la zona está pintado en azul celeste. No hay nada ornamental que esté en otro color. Esto es así de drástico: nada es nada. Dudo que vendan pintura de otro color. Lo que se ve en las fotos es tal que así. Por motivos que desconozco, es el color oficial. Puertas, ventanas, mobiliario urbano público o privado, hasta los noráis del muelle, todo lo colorea tan bonito color.

El aspecto general es bastante cuidado y aceptablemente limpio, y aun callejeando fuera de la ruta turística, no se aprecia cutrerio alguno. El nivel medio de la población está bastante por encima de la posible comparación con Marruecos, en todos los aspectos.

La moneda es el Dinar, a un cambio de 1,825 con el euro. El nivel de precios está moderadamente barato, una coca de medio litro vale 0,75€, un buen cous cous de pollo 4€ o un botellón de agua en una terraza-café “popular” 0,80€.

Muy cerca del puerto están las ruinas de Cartago. Como su nombre indica, todo ruinas, todo roto… poquito hay que ver, solo el anfiteatro, en completo estado de abandono, está medio en pie. Pero, bueno, estando aquí había que acercarse lógicamente.

Y la capital del país, Túnez, está bastante bien. Llegamos en tren, eso si que es baratísimo, aunque nos dimos cuenta el ultimo día, que nos estábamos colando en 1ª. El revisor, muy amable, nos dejó quedarnos, que ya me veía en una mazmorra lúgubre… Aquí confirmamos que el nivel medio del país está a un nivel muy aceptable. Aquí si se ven las terrazas, llenas a cualquier hora, con muchas mujeres, cosa insólita en otros países árabes. La parte moderna tiene un rasgo colonial frances muy importante. Vi un par de centros comerciales a nivel español, y tienen Zara… lo que quiere decir, que ya están perdidos…

La medina está bien interesante. Nada que ver con “otras”, curiosas, pero mal olientes, o incomodas por las “atenciones” de vendedores… Limpia, bonita, y muy tranquila. Te ofrecen su genero, pero discretamente y sin insistir. Me ha recordado mucho al gran bazar de Estambul, salvando las distancias y sin el excesivo ornamento de aquel. Calles especializadas en lo típico, ropa, oro, especias, recuerdos, etc.

En resumen, una grata experiencia, recomendable como viaje que en si mismo merece una detenida parada.

Y el día 3, por fin, pudimos hacernos a la mar a continuar nuestra ruta, rumbo a la isla de Pantelaria, cerca de África, pero ya territorio italiano. El transito lo iniciamos con un buen parte, de viento de poniente, portante, amainando. Pero… hoy no tocaba acertar la previsión… Y ha sido “ameno”. Hemos hecho una ruta rapidísima, a mas de 7 nudos de media, en navegación mixta, con poco motor y vela. A ratos se ha hecho incomoda por la mar de fondo remanente de la castaña de días pasados, pero llevadera.

Seguimos en la tónica desde Cerdeña: ni un bicho viviente, nada.

A las 23.00 del día 3 entramos en Pantelaria, en un puerto “pirata”, abarloándonos a un grande y abandonado velero. Ya por la mañana, nos cambiamos al muelle del paseo del pueblo, gratuito y en bonito emplazamiento. No hay electricidad, pero el agua es libre y gratis.

 El viernes día 4 de junio lo dedicamos a “recomponernos”, a saber, limpiar y ordenar el barco, localizar información turística del sitio, y planear lo que haremos en la estancia. En principio solo íbamos a estar un día, pero el tiempo no acaba de estabilizarse, por lo que prolongamos la estancia. Y mucho nos alegramos, porque el domingo día 5 alquilamos una “maquina”, un Fiat Panda, y hacemos una excursión por la isla. No tenía expectativa alguna respecto a esta escala, más allá de descansar en ruta hacia Malta. Pero la sorpresa ha sido mayúscula. Es una isla volcánica, mediterránea, de vegetación abundante y muy escarpada. El Monte Grande que domina la isla tiene 836 mts y toda la costa es un puro acantilado, mares de lava que se “apagan” en el mar.

La isla es un espacio protegido urbanísticamente, por lo que no se puede apenas construir, solo rehabilitar. De ahí que casi no haya construcciones modernas, solo la vivienda típica de la isla. No tienen una estética especialmente bonita, pero en este contexto resultan fantásticas. Casitas de estructura simple, cuadrada, con porche, de una planta casi todas, construidas con piedra volcánica y con techos muy curiosos. Son, a groso modo, montones de la misma piedra, recubiertos de cemento y pintados de blanco, resultando algo como una cúpula. La finalidad aislante parece obvia. Nada de lo dicho anteriormente ha de presuponer que es sitio barato. Preguntamos por un “derribo”, una casa pequeña y ruinosa, y el precio eran doscientos mil euros. Explicación: la pijez norteitaliana, los Armani´s, Gucci´s y otros, se han aficionado al lugar.

El cultivo de viña y olivo en empinadas terrazas resulta espectacular. Hay una variedad de uva autóctona, la Zibbibo, de la que elaboran unos vinillos blancos y dulces bien buenos. Visitamos las bodegas Pellegrino donde nos ofrecieron una extensa degustación.

Un atractivo de la isla es la gruta Benikula, una sauna natural. Está casi en la cima del Monte Grande, extinto volcán, pero con una actividad latente importante. Es una pequeña grieta en la montaña, de donde manan vapores calientes, muy calientes, y la gente acude a castigarse un poco.

Y esto es cuanto ha dado de si la inesperada visita. Un sitio a tener en cuenta para futuras rutas, merece un parada detenida, aunque a este paso… cada parada lo merecerá!!!

La mañana del día 6 de Junio, bien tempranito, salimos de Pantelaria rumbo a Malta. Bordeando la costa norte de la isla, viendo lo que el día antes habíamos visto por tierra, saltó la alarma: pesca!!! habíamos puesto las cañas apenas 5 minutos antes, Las dos cañas, como siempre. Una “bacoreta” primo hermano del atún, unos 4 kilos. Ha luchado por su vida, hay que reconocerlo. Inútil esfuerzo, ya reposa en el Frigo en espera de la hora de cenar.

El tiempo está muy tranquilo. El trafico mercante es muy intenso. Hay un momento en que cruzamos la “carretera” de los enormes petroleros que nos llenan los tanques de los coches desde oriente medio a Europa occidental. Podia haber 10 “barquitos” de esos en unas pocas millas. Tampoco se quedan atrás los  portacontenedores…

Aquí no hay reglas de navegación… Mejor mantenerse aparte de su derrota. Conforme nos vamos acercando a Malta van aumentando los pesqueros. Esto si es preocupante. Por esta parte del mediterraneo aun se usan mucho las redes de cerco. Enorme arte de pesca, de varias millas incluso, redes de superficie que supuestamente deben estar señalizadas con luz y reflector de radar. No siempre es así… Y encontrarme a media noche en un cerco atrapado no es algo que entre en mis prioridades. Asi que disfruto de una larga noche de guardia. Noche bellisima, de un intenso estrellado, oscura al no haber casi luna. Se que hay muchas sensaciones que nos proporcionan experiencias intensas, unas las he vivido… otras no. Pero encontrarte de esta forma en la mar, en mitad de la noche, es una de ellas, sin lugar a dudas.

A las 04.00 del dia 7 de junio estamos ante la costa oeste de Gozo, una de las islas de Malta. Sus enormes acantilados se empiezan a vislumbrar a 04.30, cuando clarea el dia. Amanece en el Canal de Gozo, entre la isla de Gozo y la de Comino.

A las 08.00 estamos en la bocana de La Valletta, capital de Malta. Entramos primero en una de las dos enormes darsenas que rodean la ciudad, el Grand Harbour, a curiosear… Hace años que no venia, y de aquellos muelles viejos y apartados en los que atracaba… no queda nada. En su lugar, una preciosa Marina, en un entorno rehabilitado, con clara vocación de atraer turismo nautico de muy alto nivel. A continuación nos dirigimos a la cara noroeste de La Valletta, a la otra dársena, donde al fondo atracamos en la Marina Msida. El nivel nautico es altisimo. Hay miles de barcos en los varios puertos deportivos que rodean toda la ciudad. Las tiendas de efectos navales incontables, y con extenso stock. Un paraiso de la nautica. El atraque me sale en 15€, siendo el costo anual para mis 10 metros, de 1.180€. Este es el inevitable momento en que uno piensa que demonios está esperando para largarse de España…

La ciudad es bonita, aunque no es una visita que de para mucho. Es la típica visita de los cruceros, llegar por la mañana y salir por la tarde, con eso llega para ver lo que hay. Una ciudad cargada de historia, con bonita arquitectura, palacios en cada calle, y lo mejor, lo que se ve desde el barco, el perimetro fortificado.

CUARTA PARTE: ITALIA

El dia 8 por la mañana, tras una visita al supermercado para reponer la despensa a precios muy similares a un super español, y una visita a un par de tiendas nauticas a ver el “ambiente” y comprar los derroteros de Italia y Grecia, salimos rumbo a Sicilia.

El transito por el Canal de Sicilia, se desarrolla con tiempo esplendido. Apenas una brisita al salir, que va disipandose a medida que avanza el dia, hasta quedar en calma total.

A las 18.00 estamos ante el Cabo Passero, el pico sur de Sicilia, llegando a la bahia de Siracusa, donde fondeamos a las 22.30, entre un buen numero de veleros ruteros.

Por la mañana atracamos en el muelle municipal, para hacer una visita a la cuidad y sobre todo ir al mercado. “Vivir” un mercado siciliano es una experiencia que recomiendo a cualquiera. Todo callejero, que si no sacan el genero a la calle no venden. Quizas los sicilianos sufran una extraña claustrofobia que les impide entrar en los negocios cerrados… o, lo mas seguro, es que son así…

Un par de horas callejeando por el casco antiguo dan para empaparse de lo que solo esos callejones de ropa tendida ofrecen: Italia en estado puro. Conozco bien toda la Italia costera. Siempre lo comento… no conoces Italia hasta que vives el sur, de Napoles para abajo, a ser posible, Sicilia. No es la estetica, contra Florencia no se puede competir, es el ambiente, algo dificilmente explicable, que no sale en las fotos, solo se “vive”, se percibe en el ambiente.

A medio dia del dia 9, salimos de Siracusa, hacia Naxos, junto a Taormina, donde atracamos al atardecer, después de navegar toda la tarde a la “sombra” del enorme volcan Etna, de 3.283 mts. y aun con nieve en la cumbre. Atracamos en uno de los pantalanes de explotación privada, que lindos… nos soplan 40€ por la noche, y con 5 de descuento por españoles…

Por la mañana nos despierta un bullicio de barcos alrededor… Crei que serian pesqueros… Pero son los lanchones de dos enormes cruceros fondeados fuera del puerto, desembarcando a miles de turistas, camaras en ristre, momento idoneo para salir pitando!!!

Es el dia 10 de junio, y nos espera el transito hacia Calabria, la suela de la bota, cruzar la entrada al Estrecho de Messinna y su trafico intenso. Nada que reseñar de este transito, tranquilo, como siempre.

A las 20.00 entramos en Rocella Ionica. Este puerto, ahora de gestión municipal es un caso curioso. Un puerto moderno, buenas instalaciones, “fingers” en todos los atraques, pero… nada funciona!!! Las torres de luz y agua están inoperativas. Hay una instalación de agua “paralela” en algunos puntos, solo eso. Está alejado del pueblo varios kilómetros. Solo hay un restaurante, eso si, extraordinario!!!

Dia 11 de junio. En Rocella Ionica el pago, 20€, habria de hacerse a un funcionario municipal, en horario de 9 a 18, asi que como salimos tempranito… arrivederchi!!! Nos dirigimos a Crotone donde llegamos a media tarde. Atracamos en el puerto de la Liga Naval Italiana, donde nos atienden muy atentamente, identificado como miembro de la Liga Naval Española. La ciudad, pequeña, no tiene interes alguno, por lo que en un corto paseo, visto lo visto y a dormir.

El 12 de junio no es de los mejores dias… De crotone salimos en calma total, entre las plataformas de extracción de gas natural, que parecen inoperativas. El transito por el enorme golfo de Taranto es tranquilo. A las 19.00 llegamos a Santa Maria de Leuca. Doy una vuelta por el puerto, presidido por el Faro del cabo del mismo nombre y las larguisimas escalinatas de Musssolinni. En el muelle pesquero veo un hueco y a un pescador le pregunto… sin problemas. Atraco y voy a la Guardia Costera a dar señales de vida. Me dicen que no puedo estar alli, que al deportivo. Me muevo, veo otro sitio al final del pesquero y repetición… Pescador que me dice que alli estoy bien y que no le haga caso a la Guardia. Alli me quedo, salimos al pueblo, lugar turistico aunque muy tranquilo (por ahora…) Y al volver, visita de la Guardia… que al deportivo… Esta vez ya si acato la orden. Me cruzo a la otra orilla del puerto, y el marinero me informa… 40€. Asi que le dio arrivederchi y me salgo a fondear. Incomodo por la mar de fondo, pero aguanto… hasta que a media noche empieza en un chiringuito de la playa un concierto cañero. Estoy apenas a 100 mts… el estruendo es enorme. Asi que levo y andiamo!!! Asi me despido de Italia rumbo a Grecia.

La noche está en calma aunque con una mar de fondo importante, asi que el cruce del Estrecho de Otranto se hace muy incomodo.

El dia 13 al amanecer estamos frente a Othonnoi, Grecia!!! pero eso ya tiene su pagina. El dia de hoy, 13 de junio, un mes menos un dia y 1.500 millas desde la salida de Benalmadena, quedará en mi memoria como el dia que llegué a Grecia con mi barco.

Y hasta aquí ha dado el transito de España a Grecia. En los siguientes dias, ya solo a bordo, me dedico a pasear, reencontrarme con mi paraiso soñado… y prepararme para iniciar la ruta por buena parte de las islas griegas.

Grafico de ruta:
A partir de Corfú iniciaremos la ruta por  Grecia. Recorreremos el Jonico, el Golfo de Corinto, el Canal del mismo nombre, los Golfos Argolico y Saronico, el Golfo Evoiko y las Islas Esporadas. Eso ya será en Septiembre, y ya veremos lo que hacemos despues…
 
ALBUM COMPLETO DE ESTA RUTA EN EL MARGEN DERECHO DE LA PAGINA, MENÚ «ASI NOS FUE EN EL CORFU II».
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