Hora del balance: Como acostumbro, con las primeras aguas otoñales caigo en cierto estado de pre-letargo invernal y me apetece recapitular lo acontecido durante la pasada campaña veraniega, todo ello sin pérdida de tiempo, ya que en breve entraré en modo hibernación definitivamente.
Este año planteé una actividad mucho más tranquila y contenida, si la comparásemos con otras de años anteriores, más ambiciosas y desafiantes. Pero tal comparación no cabe, cada año es distinto y así lo planeo. Y este ha sido el resultado…
Han sido 103 días de actividad desarrollados entre el 14 de junio y el 24 de septiembre. En esa fecha salí de Benalmádena, esta vez definitivamente, rumbo a levante. Y digo definitivamente, porque ese día dejaba de ser mi atraque permanente, sin idea entonces de donde se ubicaría la nueva base.
De los 103 días en ruta, pasamos 41 noches fondeados, 3 noches en la mar y 59 en puerto. De estos últimos, 17 de ellos fueron parada forzosa por malas condiciones meteorológicas. Si algo ha caracterizado este verano, además de la ola de calor por todos sufrida, ha sido un casi constante viento de “levante” en la zonas que hemos navegado, el sureste español.
La primera parte se trató de un tránsito hacia Altea (Alicante), donde comenzaría una ruta hacia Baleares. Esta nos llevaría a la costa oeste de Ibiza, buscando socaire del viento que a esas alturas de mediados de junio empezaba a incordiarnos.
Después de Ibiza, bordeamos Mallorca también por sus costas oeste, norte y luego iniciando el regreso hacia la península por el este de la isla, nuevamente Ibiza y Altea finalmente.
Durante toda la temporada se han consumido 536 litros de combustible a lo largo de 281 horas de funcionamiento de motor. Al menos, el mismo viento que nos ha incordiado todo el verano, también nos ha permitido bastante navegación a vela, que no todo iba a ser negativo…
A principios de julio, finalizado el periplo por Baleares, me encamino a la que sería la zona de estancia el resto de la temporada, el Golfo de Vera, la zona comprendida entre los cabos de Gata y Palos. En el tránsito tuve oportunidad de visitar la isla Tabarca, en la costa alicantina y que hacía años tenía ganas de conocer. Esta vez pudo ser y las condiciones fueron propicias para pasar una noche de fondeo tranquilo. A las ocho de la tarde, una vez que parten hacia tierra firme las ultimas “tabarquinas”, los pequeños ferrys que llevan los turistas, la isla queda en total calma y es una delicia pasearla. Una visita muy curiosa y recomendable.
En esta temporada han sido 16 los tripulantes que me han acompañado en los 4 distintos periodos de embarque, que han sumado 45 dias.
El resto lo he pasado en una apacible soledad, principalmente en el fondeo de la Azohia o Aguilas y los puertos de Cabo de Palos y Cartagena, siendo éste, el Club de Regatas de Cartagena mi base de aprovisionamiento.
Merece mención especial la cordialidad y eficiencia de todo el personal de este club que hacen la estancia allí fácil, todo un placer. Añadir a lo dicho que con 24€ la noche, todo incluido y con las instalaciones del club a nuestra disposición, es de los puertos mas baratos de la costa mediterránea española.
Los precios que he encontrado oscilan entre los 51 de Pollensa y los 16 de Adra, barato este ultimo porque aplican una tarifa básica por no estar el puerto a plena explotación. Cosas de la caotica gestión de la Junta de Andalucia en materia de puertos deportivos.
Y hablando de puertos, se han visitado los puertos de Adra, Garrucha, Aguilas, Cartagena, Cabo de Palos, Altea, Soller, Pollensa, Cala Ratjada, Porto Cristo y Porto Colom.
Los fondeos nocturnos han tenido lugar en San Juan (Alicante), Cala Tarida (Ibiza), Colonia San Jordi (Mallorca), Isla Tabarca, La Azohia, Cala Salitrona, El Portus, Aguilas, San Jose y Cabo Palos.
La intención inicial era alternar la costa murciana con la almeriense, la costa del Parque Natural de Cabo de Gata. Pude hacer una primera ruta, en solitario, cala por cala, localizando los que serian posibles fondeos en rutas futuras.
Llegado el momento, en dos de las rutas lo intentamos, sin éxito, debido al mencionado levante y que en esa costa es totalmente invalidante, pues está plenamente expuesta a esos vientos y al mar de fondo que genera. Por este motivo hubimos de movernos por la costa murciana, menos expuesta a los vientos y mar de levante, a pesar de lo que tampoco nos lo puso demasiado fácil.
A final de agosto empezó a cambiar la pauta meteorológica, anticipando lo que sería un muy inestable septiembre, con frecuentes tormentas y un par de temporales de suroeste bien despachados.
La temporada no tenia calendario predeterminado, por lo que a mediados de septiembre y visto el panorama meteorológico me plantee dar por terminada la ruta. Pero como he mencionado, había puesto punto y aparte (que no final que nunca se sabe) a mi estancia en el Puerto de Benalmádena. Han sido 15 años de estancia allí con los cuatro barcos que he tenido. Pero la economía manda y he de buscar la racionalización de los gastos anuales, y el del atraque es el principal. En lo sucesivo planeo tener una base de “invernaje”, al menor costo posible. Durante la campaña de navegación de esta forma solo afrontaré el costo de la ruta, sin mantener el gasto fijo anual de un atraque que no uso durante varios meses.
Con esa premisa, valoré distintas opciones de atraque, decidiéndome finalmente por el Puerto de la Alcaidesa, en La Línea (Cádiz), y hacia donde me dirigí, para finalmente atracar allí el 24 de septiembre, finalizando así la temporada que a grandes rasgos he descrito.
El año que viene… quien sabe…!!!
Me interesa tu opinión...!!!